imágenes de barrio

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5 de junio de 2014

Teatro de La Confraternidad

Foto: Gonzalo Celasco

FRENTE DEL TEATRO DE LA CONFRATERNIDAD FERROVIARIA en 4 de abril 1371. 
Edificio inaugurado el 20 de diciembre de 1925 por los Sindicatos Ferroviarios (la Unión Ferroviaria y La Fraternidad). 

UN ESTILO, UN TEATRO

Descripción de la fachada por el Arq. Jorge Luchetti

La arquitectura del Teatro de la Confraternidad Ferroviaria, (edificio emplazado en el 1371 de la calle 4 de abril), responde a los lineamientos dados por el neo renacimiento italiano, estilo que surgió en nuestro país a mediados del siglo XIX, extendiéndose hasta las primeras décadas del XX. El edificio de la Confraternidad, data de 1924, aunque empezó a funcionar algunos años después, siendo uno de los últimos ejemplos de esta arquitectura que también se conoció como italianizante. Las hipótesis, por las que él constructor utilizó este estilo pueden ser muy variadas, descartando la idea de la moda, ya que esta arquitectura estaba en su etapa final, y competía con un popurrí estilístico de lo más variado, como lo fue, el Art Nouveau, el Art Déco, y otras tendencias, que empezaban a estar en Boga.

Es interesante el análisis que se puede hacer de la fachada del viejo teatro, ya que es la parte del edificio más auténtica que aún se conserva. Podemos ver en su frente la composición típica de la academia italianizante, que está dada por un basamento, un desarrollo almohadillado, y un remate, que a cada lado del cornisamiento central se adorna con balaustres, dejando percibir la idea de terraza. Asimismo es algo característico la composición simétrica, armada por cada uno de sus elementos, como por ejemplo, las dos columnas de ¾ adosadas al muro, que a cada uno de sus lados enmarcan la parte central de acceso al edificio. Tanto las columnas, como las pilastras son estilísticamente reminiscencias del dórico griego, con fuste (cuerpo principal de la columna) prácticamente liso, pero en su culminación aparece acanalado. 

En la parte superior se encuentra el entablamento que sigue ligado al dórico, (sostenido por las columnas y pilastras) cuyo friso está conformado por triglifos (a saber son tres acanaladuras decorativas, si bien en este caso en particular aparecen cuatro hendiduras). Estos triglifos se van alternando, con las llamadas metopas, espacios de forma rectangular que en este caso están vacíos, aunque en ocasiones se adornan con bajorrelieves.

Debajo de cada triglifo, forzando un poco la vista se pueden distinguir en forma concatenadas piezas muy pequeñas llamadas gotas, elementos decorativos que se ven en el Orden Dórico. Todo el frente está realizado en símil piedra, conocida como piedra parís, revoque, que fue muy utilizado durante este período de la arquitectura Argentina, y que intentaba imitar a la verdadera piedra europea. La herrería se destaca principalmente en la puerta central, la cual se ve muy trabajada, algo común en este estilo; luego el autor se toma algunas licencias, como por ejemplo las casi imperceptibles pilastras que aparecen adosadas prácticamente detrás de las columnas. 

En el interior nos encontramos con un edificio estructuralmente valioso, pero que sufrió intervenciones poco felices, aunque no le quitan el valor total a la obra.

Debemos destacar, que el valor de la obra, no sólo está en su arquitectura, sino también en su historia, la cual muestra la importancia y la época de esplendor que el sistema ferroviario supo tener en nuestro país.

La revitalización y difusión del valor del edificio, será importante para el Barrio de la Estación, como parte del casco antiguo de la ciudad.

Decía Jorge Enrique Hadoy (pionero en estudios urbanos en América Latina):”Sólo se valora lo que se conoce, sólo se cuida lo que se valora”.

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